Los Tamalitos de Abistol.
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Mazorca de Maiz o Choclo |
Soy de las que piensa que cuando uno emigra de su país natal,
cualquiera que sea, generalmente no te llevas muchas cosas materiales. En
algunos casos, literalmente te vas con las manos en los bolsillos. Pero lo que
si o si nos llevamos son nuestras
costumbres, olores y sabores. No hay reglas aduanales ni políticas que puedan
controlar esto. En los últimos años no volví a la isla, pero la memoria del
olfato y el gusto me sigue acompañando, creo que hasta me persigue y trato de “conseguir”
los ingredientes para alguna que otra vez hacer recetas que me recuerdan quien
soy y de donde vengo.
Para mi El Tamal es el plato que con más fuerza me devuelve
la figura de mi papi Santiago, mas conocido en la familia Aguila como Abistol y
nuestra relación con la cocina. Nunca probé otros iguales, no se si era la
dedicación y paciencia (que a mi me falta) y buena onda que le ponía como
condimentos principales. Todo un ritual bastante largo para los
desesperados y hambrientos comensales; pero
en este plato era como demasiado. Igual el resultado era espectacular y la
espera BIEN VALIA LA PENA.
En
una fiesta cubana de fin de año no podían faltar, aunque cualquier pretexto era
bueno para hacer una gran comelata: El puerco asado, el congri, ensalada de
tomate lechuga y aguacate, y los espectaculares tamales. Y digo espectaculares
sin exagerar, pues todo era a lo grande.
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Tamales de Maíz tierno. |
Recuerdo
que en mi casa, mientras se escuchaba aquella canción tan popular titulada “Los
tamalitos de Olga”, que se hizo muy popular nacionalmente por la Orquesta
Aragón y luego internacionalmente en la voz incomparable de
Oscar de León, podía ver la lata adaptada para hacer de olla, de un tamaño
bastante importante y de forma vertical, donde se podían cocinar unos treinta o
mas tamales. Cada uno media más o menos 15 cm. Y para coronar la
escena el olor del sofrito con la carne de cerdo que se le agrega a la mezcla
de maíz con la que se forman los tamales, para después cocinar al vapor.
Ummmmm!!!.
Quien
no recuerda estar en una de nuestras playas, a donde íbamos primero de chicos
con todo el familión, incluido el perro, y luego de adolescentes con nuestros
amigos, achicharrandonos bajo el sol tropical, y que apareciera el vendedor de
tamales!!!
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Tamal en Cazuela. |
Una comida un poco densa para el calor del
trópico? Y si, pero igual la tentación era demasiada, y al final siempre había
la opción de “bajar” los tamales con una cerveza bien fría!!!
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